Mientras seguimos asistiendo a un alza agresiva y duradera de las acciones americanas, verificamos el poder de la realidad de las ventas y ganancias empresarias (reportes del segundo trimestre sobre las expectativas del mercado (consenso de estimaciones para dicho período).

Desde los mínimos de finales de marzo, el índice Dow Jones se disparó más del 54%, el S&P 500 un 55%, y el NASDAQ el 70%. Este «rally» de cotizaciones sin precedentes determinó récord histórico en los índices NASDAQ y S&P 500, dejando al Dow Jones a solo 4,5% de superar su máximo histórico.

La temporada de reportes del segundo cuatrimestre parece erigirse como el gran impulsor de este fenómeno. No obstante la significativa reducción en los resultados de 458 cotizantes del S&P 500, que ya reportaron caídas del 35% en ganancias y 11% en ingresos respecto del año anterior, los inversores parecen haber priorizado el dato de que el 80% de las ganancias y el 63% de los ingresos reportados, superaron a los estimados por el consenso de los especialistas de Wall Street.

A los reportes de balances que superaron ampliamente las expectativas, los acompañaron optimistas informes macroeconómicos que reflejaron fuertes rebotes desde sus mínimos en ventas minoristas, confianza del consumidor e inversor, actividad industrial, venta de nuevas viviendas, entre otros, que sumados a la progresiva apertura de actividades económicas suspendidas por la pandemia, auguran un crecimiento del PBI americano sin precedentes durante lo que queda del año. Vale recordar que previo a la pandemia, la economía americana presentaba las mejores métricas macroeconómicas en décadas: mejor tasa de desempleo en 50 años, mayor ingreso familiar en 20 años, récord histórico en índice de confianza del consumidor, entre otros.

Coronando el sentimiento alcista o «bull market», se suman la reciente aprobación por parte de la FDA (Food & Drug Administration) del uso del tratamiento de plasma para Covid 19, que permite elevar el número de pacientes recuperados del virus. En el horizonte de corto plazo, el inversor sigue esperando el lanzamiento de la vacuna contra este virus que neutralice definitivamente el flagelo de la pandemia. 

Eduardo Obejero