Síntesis:

  • Los efectos reales de la pandemia, que ya provocó caídas imprescindibles de las bolsas y los mercados mundiales, todavía no se conocen en su totalidad. En China, el PBI se contrajo un 4,3% en el primer trimestre, mientras que en Estados Unidos las solicitudes de los subsidios por desempleo superaron los 20 millones.
  • Algunos países ya comenzaron a pensar en intentar reabrir sus economías cuanto antes, para mitigar los efectos negativos de la crisis provocada por el coronavirus
  • En Wall Street, los principales índices acumulan una recuperación del 30% de los mínimos de marzo y la semana pasada volvieron a registrar un nuevo máximo mensual.
  • A pesar del acuerdo histórico alcanzado por la OPEP la semana anterior, los precios del crudo siguen sufriendo por la caída de la demanda. El barril del West Texas se desplomó un 20,4% durante la semana y finalizó a u$d 18, su valor más bajo desde 2002.
  • El Índice de Volatilidad VIX  finalizó en la zona de los 38 puntos, un 7,5% por debajo del cierre de la semana anterior y muy lejos de los 82 puntos registrados en marzo.
  • El oro registró una baja semanal del 2,75% para finalizar a u$d 1684 por onza. A su vez, el euro terminó por debajo de los u$d 1,09 tras haber perdido 0,6% en los últimos 5 días.
  • En un contexto de incertidumbre mundial por la pandemia, y en el medio local la creciente posibilidad de un default, la recesión económica y las medidas del gobierno provocaron una fuerte suba de las variantes del dólar y terminaron por encima de los $100.
  • Tras la oferta de la deuda a los acreedores privados, los bonos argentinos en dólares repuntaron hasta un 12% a la espera de más detalles sobre la presentación del gobierno a la SEC. En paralelo, el riesgo país retrocedió cerca de un 12% y finalizó en los 3.486 puntos básicos.
  • Luego de varios meses de incertidumbre, el Gobierno hizo la primera oferta a los bonistas que contiene una quita del 62% en intereses y del 5,4% en el capital, además de un plazo de gracia de tres años. Asimismo, ofreció bonos denominados en dólares y euros con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047, con tasas de interés crecientes de entre 0,5% y 4,86% según el instrumento.
  • En medio de la crisis global por la pandemia, la inflación de marzo se aceleró al 3,3%.
  • El Banco Central publicó su REM de marzo, en el que los analistas ajustaron sus proyecciones y prevén una fuerte caída de 4,3% del PBI.

Economía Mundial. El panorama económico mundial es incierto. Los efectos reales de la pandemia, que ya provocó caídas imprescindibles de las bolsas y los mercados mundiales, todavía no se conocen en su totalidad. En China, donde comenzó el brote del COVID-19, la epidemia provocó una contracción del 6,8% del PBI en el primer trimestre, el peor resultado desde que comenzaron las publicaciones trimestrales del PBI en 1990 (en términos anuales, fue la peor caída desde 1976). En Estados Unidos, que pasó a ser el nuevo epicentro de la pandemia con la mayor cantidad de casos en el mundo, las solicitudes semanales por desempleo durante el último mes se elevaron a más de 20 millones. Sin embargo, un dato positivo que alentó al mercado fue la posibilidad de que algunas economías como la de Alemania, China y EE. UU., comiencen a reabrir para mitigar los efectos negativos de la pandemia. Si bien es muy pronto para saber cuáles son los efectos reales de la pandemia que ya superó los 2,2 millones de contagiados y 150.000 muertos en el mundo, empezamos a ver que los países intentan retomar una cierta normalidad a la espera de los avances en las vacunas y/o tratamientos.

Wall Street.  La bolsa estadounidense mantuvo la tendencia alcista que empezó a finales de marzo y cerró su segunda semana consecutiva en alza. De esta manera, los principales índices acumulan una recuperación del 30% de los mínimos de marzo y la semana pasada volvieron a registrar un nuevo máximo mensual. El optimismo de los inversores fue impulsado por las expectativas de que algunos países comiencen a reabrir sus economías para mitigar los efectos negativos de la crisis provocada por el coronavirus. En Wall Street, los principales índices cerraron la semana con ganancias: el Dow Jones avanzó un 3%, el S&P 500 un 2,7% y el Nasdaq, un 1,4%. Así, los índices extendieron las subidas del jueves y terminan con un saldo semanal del 2,1% para el Dow Jones, 3% el S&P 500 y 7,21% el Nasdaq. No obstante, en lo que va del año aún acumulan pérdidas luego de las fuertes caídas registradas el mes pasado: el Dow Jones pierde un 15%, el S&P 500 ha bajado un 11%, mientras que el Nasdaq, el referencial tecnológico, acumula una variación positiva del 1,1% (gracias a que en las últimas dos semanas repuntó un 17,1%, su mejor registro desde 2001). Además, una de las noticias destacadas de la semana pasada fueron las acciones del laboratorio Gilead Sciences, que se dispararon hasta un 8% luego de que un reporte indicara que los pacientes de COVID-19 tratados con el antiviral Remdisivir mostraron una rápida recuperación. Si bien el artículo era alentador, desde el laboratorio informaron que aún es muy pronto para afirmar que la medicina es exitosa.

En el resto del mundo, las bolsas europeas y asiáticas también cerraron en positivo. En Europa, las principales bolsas avanzaron frente a indicios de lenta vuelta a normalidad en la actividad económica en algunos países como Alemania, Estados Unidos y China. Asimismo, el mercado asiático finalizó con subas de hasta un 3% a pesar de los datos negativos sobre la economía china.

Petróleo. A pesar del acuerdo histórico alcanzado por la OPEP la semana anterior, los precios del crudo siguen sufriendo por la caída de la demanda. En este sentido, el barril de WTI se desplomó un 8,8% el viernes, con lo que acumuló una baja semanal del 20,4% para finalizar a u$d 18, su menor valor desde 2002. Por su parte, los precios del Brent terminaron la semana con un alza cercana al 1,7%, aunque en la semana perdieron 10% para terminar en los u$d 28,3 por barril. Las previsiones de la OPEP sostienen que la demanda del crudo caerá a su nivel más bajo en 30 años debido a la crisis mundial, por lo que el reciente acuerdo para reducir la oferta podría no alcanzar para frenar con la caída de los precios.

En la madrugada, los precios del petróleo WTI ampliaron sus caídas y tocaron el nivel más bajo en más de 20 años, debido al temor de que el mundo se esté quedando rápidamente sin espacio para almacenar. De esta manera, los precios del crudo referencia en Estados Unidos se desplomaron cerca de un 20% por debajo de los u$d 15 por barril, mientras que el crudo Brent retrocedía un 3%.

Oro – Euro.  Al cierre de la semana pasada, la volatilidad de los mercados globales se redujo en sintonía con la suba de las bolsas. El Índice de Volatilidad VIX  finalizó en la zona de los 38 puntos, un 7,5% por debajo del cierre de la semana anterior y muy lejos de los 82 puntos registrados en marzo. En este marco, el oro registró una baja semanal del 2,75% para finalizar a u$d 1684 por onza, en lo que fue su peor semana en el último mes a pesar de haber registrado un máximo anual el lunes a u$d 1.775. Por su parte, el euro terminó por debajo de los u$d 1,09 tras haber perdido 0,6% en los últimos 5 días. En lo que va del año, la moneda europea acumula una baja de 3% frente a la divisa estadounidense.   

Tipo de Cambio. En un contexto de incertidumbre mundial por la pandemia y a nivel local, la creciente posibilidad de un default, la recesión económica y las medidas del gobierno, provocaron una fuerte suba de las variantes del dólar. En primer lugar, luego de varias semanas casi sin cambios por la falta de operaciones, el dólar blue se “despertó”. La divisa informal acumuló un aumento semanal de $20 (23,5%) y alcanzó los $105, impulsado por un aumento de la demanda provocado por la cantidad de pesos que hay en el mercado, producto de la fuerte emisión monetaria que lleva adelante el Gobierno para hacer frente a la crisis.  Por su parte, las variantes “bursátiles” del dólar, el CCL y el MEP, también superaron los $100, llegando a tocar los $108 y ampliando las brechas con el mayorista hasta el 65%. La fuerte suba estuvo impulsada por un conjunto de factores que hicieron que las cotizaciones se dispararan: la alta incertidumbre en la previa a los anuncios sobre la renegociación de la deuda, sumado a la extensión de la cuarentena obligatoria, la política monetaria expansiva del Banco Central y la baja de tasas (desde febrero pasaron de 48% al 38%). Sin embargo, al cierre de la semana, las variantes del dólar se reacomodaron y retrocedieron luego de que el Banco Central anunciara medidas sobre la tasa minorista y el mercado de cauciones. La entidad comunicó que regulará la tasa minorista que ofrecen los bancos: no podrá ser menor al 70% del rendimiento de las Tasas de Leliq, por lo que hoy la tasa mínima de los plazos fijos deberá ser el 26,6% (la tasa de referencia actual es del 38%). A su vez, estableció la restricción de la participación de las entidades en el mercado de cauciones (una alternativa de inversión en el corto plazo). En este sentido, el dólar contado con liquidación (CLL) terminó la semana a $102,64, y la brecha con la cotización mayorista se ubicó a 55,85%. Asimismo, el dólar MEP acumuló una suba semanal del 5,4% a $99,84 (en la semana superó los $100), lo que dejó un spread del 51,6% con la divisa mayorista.

Por último, en el mercado oficial, el dólar turista culminó la semana con una suba de 12 centavos a $88,35, al mismo tiempo que el oficial minorista subió a 67,96. Por su lado, la divisa mayorista acumuló una suba de 70 centavos en los últimos 5 días para finalizar a $65,89, controlado por las intervenciones del BCRA para abastecer la demanda.

Bolsa Porteña. Durante la semana pasada, las acciones y los bonos argentinos estuvieron expectantes a la oferta del Gobierno para con los bonistas, respecto a la deuda argentina. Tras la presentación de las autoridades, el Índice S&P Merval terminó la semana con una leve baja del 0,6% a 29.883 unidades, aunque acumuló una suba del 6,7% respecto al viernes anterior, debido a la suba del dólar contado con liquidación. Paralelamente, los bonos en dólares argentinos terminaron con fuertes ganancias, al mismo tiempo que el riesgo país descendió más de 12% y finalizó a 3.496. De este modo, mientras se esperaba para conocer con más detalle la oferta formal que las autoridades locales debían presentar a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) a los bonistas, los títulos argentinos se dispararon hasta un 12%.

Deuda. Finalmente, luego de varios meses de incertidumbre, el Gobierno hizo la primera oferta de la deuda argentina a los acreedores privados. Vale recordar que Argentina tiene obligaciones en dólares con bonistas por alrededor de u$d 90.000 millones, de los cuales u$d 66.000 millones habían sido emitidos bajo legislación internacional y el resto bajo ley local. El jueves pasado, las autoridades hicieron pública la propuesta que formalizó ante la Comisión de Valores de Estados Unidos al cierre de la semana, en la cual ofreció una quita del 62% en intereses y del 5,4% en el capital, y un plazo de gracia de tres años (es decir, no pagar hasta fines de 2023). Asimismo, ofreció bonos denominados en dólares y euros con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047, con tasas de interés crecientes de entre 0,5% y 4,86% según el instrumento.

Las autoridades argentinas destacaron que la propuesta presentada para la reestructuración de la deuda es muy realista, debido a que le permite al país dedicar todo su impulso al crecimiento en los próximos tres años y luego empezar a cumplir las condiciones de pago. El viernes, las primeras reacciones de los acreedores fueron positivas, debido que, si bien la oferta fue muy “dura”, estaba en línea a lo que se esperaba. Sin embargo, se estima que, en estas condiciones, la oferta no tiene muchas probabilidades de ser aceptada. Ahora, los bonistas tienen 20 días para emitir su respuesta, si aceptan la oferta o si deciden ir a juicio, lo que significaría que Argentina, una vez más, entraría en default. 

Inflación. la inflación se aceleró al 3,3% en marzo luego de haber alcanzado, en febrero, su nivel más bajo en los últimos 2 años. De esta manera, la inflación interanual fue del 48,4% respecto de marzo de 2019, mientras que el acumulado del 2020 se ubica en 7,8%. En medio de la cuarentena obligatoria, el INDEC explicó que se vio obligado a realizar algunas modificaciones en su relevamiento debido a las restricciones existentes. La captura de datos y el análisis se realizó por vías no presenciales tales como la consulta telefónica, el correo electrónico y la modalidad online con los informantes. A su vez, afirmaron que la entidad se encuentra con comunicación permanente con los organismos internacionales en la materia, con el objetivo de identificar las mejores prácticas y adoptar recomendaciones consensuadas durante el período de emergencia.

REM. Los analistas consultados por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercados (REM) ajustaron sus previsiones para el 2020 y prevén una fuerte caída de 4,3% del PBI. En el informe anterior, el mercado esperaba una contracción del 1,2%, lo que implica un aumento significativo en las estimaciones de marzo, principalmente por las consecuencias del aislamiento obligatorio impuesto por el Gobierno.  En cuanto a la inflación, el mercado esperaba un avance de precios del 2,6% para marzo, mientras que para 2020, se ubicaría en torno al 40%. Por último, el tipo de cambio nominal promedio esperado para diciembre es de $83,1 ($4,2 por encima del relevamiento previo).

Rofex y Tasas implícitas.  Al cierre de la semana pasada, las cotizaciones futuras en el mercado ROFEX finalizaron con una suba promedio del 0,5% respecto al viernes anterior, cerrando a $66.84 para fin de mes.  Al cierre de la semana pasada, las tasas implícitas registraron un aumento promedio del 0,36% a lo largo de la curva, con subas mayores en las primeras posiciones. En un mercado cambiario limitado por las fuertes restricciones del gobierno, sumado a la fuerte emisión monetaria que probablemente provoque una escalada inflacionaria, la cobertura de futuros puede ser una buena oportunidad para reducir los efectos de la devaluación del peso en el corto plazo.

Conclusiones

Luego de varios meses de negociaciones y de incertidumbre, el gobierno formalizó su primera oferta a los acreedores en el marco de la millonaria deuda argentina. Si bien la presentación de las autoridades dejó a la Argentina al borde del default, la buena noticia es que se terminó con la incertidumbre que existía por la falta de definiciones del gobierno. Sin embargo, intentando ser lo más positivos posibles, no podemos dejar de mencionar los aspectos negativos de la oferta. Las autoridades aprovecharon el complicado contexto global para presentar una oferta que no deja mucho margen para negociar y es difícil pensar que el default no sea altamente probable. Pero nada está definido. Ahora, los bonistas tienen 20 días para decidir si aceptan la propuesta argentina, negocian, o no aceptan y van a juicio con el objetivo de obtener la totalidad de su inversión. En caso de que acepten y se evite el default, Argentina logrará un período de gracia de 3 años y un ahorro importante, con el que debería reordenar sus cuentas fiscales, porque sin mucho margen para poder financiarse con deuda externa, no queda otra que buscar el equilibrio fiscal para evitar que, en 2023, estemos nuevamente en la misma situación.

En cuanto a la crisis actual, la cuarentena obligatoria continúa. Las previsiones económicas globales indican que, por cada semana de aislamiento obligatorio, las consecuencias pueden ser extremadamente negativas. Uno de los indicadores fáciles de identificar que ya mencionamos, es el precio del crudo que ha caído a niveles no vistos en muchos años. ¿No sería un buen momento para que aquellos usuarios del mismo (por ejemplo, las aerolíneas) tomen cobertura de precios de largo plazo?

En Argentina hay grandes dudas sobre cual es la decisión correcta, salud o economía, salud y economía, etc. (invitamos a leer el artículo de nuestro amigo Claudio Zuchovicki https://www.lanacion.com.ar/economia/hay-que-hacer-la-guerra-vayan-nid2355567). Por lo visto, las autoridades están comenzando a barajar la posibilidad de aumentar las actividades exceptuadas para comenzar, muy de a poco, a mover un poco una economía frenada que, a diferencia de los países desarrollados, ya se encontraba en recesión.