La gestión del riesgo efectiva comienza por una adecuada identificación y definición de los riesgos que la afectan. Cada riesgo tiene una serie de determinantes -aquellos factores que los causan- que deben ser identificados y seguidos sistemáticamente. Otro elemento clave de un buen modelo de risk management es el diseño de los mitigantes de cada riesgo, que son acciones que permiten bajar la probabilidad de ocurrencia y/o el impacto de los mismos. Para completar el Mapa de Riesgo, es necesario medir los riesgos en su probabilidad de ocurrencia e impacto, generando el Mapa de Calor.

Una vez completado el Mapa de Riesgo, es fundamental que se genere un proceso de cambio cultural que permita que cada uno de los integrantes de la organización comprenda que los riesgos de la empresa son una cuestión que atañe a todos y cada uno de sus integrantes.

Será necesario conformar un comité de risk management, que trabaje de manera coordinada e interdisciplinaria, en la gestión integral de los riesgos de la organización.